martes, marzo 08, 2016

Zelotes catrachos

Cada vez que el gobierno de JOH hace alarde de sus acciones para refrenar el crimen organizado, saca pecho de estadísticas que le arrancan pequeños porcentajes a la violencia, aparecen, al día siguiente, ciudadanos masacrados en las principales ciudades de este país. Lo mismo ha ocurrido con la mentada operación “Avalancha”, que puso al descubierto a dónde iba a parar todo ese dinero que supuestamente procede de la extorción. Y de repente, tras un fatídico madrugón se anuncia el asesinato de la dirigente indígena y activista del medio ambiente Berta Cáceres. Los ecos traspasaron nuestras delicadas fronteras y la condena internacional del crimen le cayó como balde de agua fría al Gobierno, que por aquel entonces transaba el escenario político para una posible reelección presidencial con sus adversarios. La promoción de seguridad se desplomó con este lamentable hecho. Ahora, las preocupaciones se le agolpan al Presidente porque es incapaz de invertir esa maldita imagen de país violento y corrupto que posee Honduras; cuya responsabilidad, lo sabemos, tiene mucho que responder toda nuestra clase política.
 Y hablando de grupos políticos (de uno en particular) notamos que en el sepelio mediático de Cáceres abundaba en dolientes carentes de lágrimas; pero no de consignas incriminadoras, patéticas muestras de repudio que colgaban de puentes y lo que siempre les ha caracterizado cada vez que se manifiestan: el pillaje que proyecta su aversión hacia la propiedad privada, el capital y las personas que lo trabajan y se benefician del mismo ¿Y por qué no? también les vale esa muerte para hacer proselitismo; nunca está de más reciclar el cuerpo de sus partidarios para llenar de significado sus espectáculos carentes de sentido común, ni se echará de menos esa falta de moral en una raza de víboras que juegan a ser dioses y héroes por su nefasta sed de poder.
Son nuestra propia clase Zelota, a la hondureña, que nos “defiende” del imperio gringo por medio de su radical y deformado credo socialista. Estas personas que desean refundar el país a punta de violencia y la tergiversación del auténtico espíritu democrático, valiéndose de la ignorancia del mismo pueblo al que pretenden someter. El mesianismo político es bastante común en países con la impronta milenaria de estar siempre dependiendo de amos, y no de querer trazar la ardua, pero más justa, senda hacia el desarrollo sin tener que sacrificar nuestra libertad.

Saludos.  

No hay comentarios: